Novena de la Medalla Milagrosa

¡Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!

Novena a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa

Himno


¡María Inmaculada, te venimos a alabar,

reinas en la gloria con Cristo el Rey sin par!


¡Ave, ave, ave María!

¡Ave, ave María!


En el cielo los santos proclaman tu esplendor,

y en la tierra tus hijos invocan tu amor.


¡Ave, ave, ave María!

¡Ave, ave María!

Oración de la Novena


Guía: Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu y todo será creado.

Pueblo: Y renovarás la faz de la tierra.


Guía: Oremos.

Oh Dios, que has instruido los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo, concédenos que, guiados por este mismo Espíritu, sepamos gustar lo que es recto y gocemos siempre de su consuelo. Por Cristo nuestro Señor.

Pueblo: Amén.


Guía: Oh María, sin pecado concebida,

Pueblo: Ruega por nosotros que recurrimos a ti.

Oración Inicial


Guía y Pueblo:

Señor Jesucristo, que has glorificado a tu Madre, la Santísima Virgen María, inmaculada desde el primer instante de su concepción, concédenos que todos los que devotamente imploramos su protección en la tierra, gocemos eternamente de tu presencia en el cielo. Señor Jesucristo, que para realizar tus obras más grandes has elegido lo débil del mundo para que ninguna carne se gloríe en tu presencia, y que para una fe más firme y extendida en la Inmaculada Concepción de tu Madre, quisiste que la Medalla Milagrosa se manifestara a Santa Catalina Labouré, concédenos, te rogamos, que llenos de esa misma humildad, glorifiquemos este misterio con nuestras palabras y nuestras obras. Amén.

Oración de la Novena


Guía y Pueblo:

Virgen Inmaculada María, Madre de nuestro Señor Jesús y Madre nuestra, confiamos en tu poderosa y constante intercesión, que tan a menudo se ha manifestado a través de la Medalla Milagrosa. Nosotros, tus hijos llenos de amor y confianza, te pedimos que nos obtengas las gracias y favores que solicitamos durante esta novena, si son para la gloria de Dios y la salvación de las almas.

(Aquí se hacen las peticiones en silencio.)

Tú sabes, oh María, cuántas veces nuestras almas han sido moradas de tu Hijo, que aborrece el pecado. Obtennos un profundo rechazo del pecado y esa pureza de corazón que nos una solo a Dios, para que cada pensamiento, palabra y acción tienda a su mayor gloria. Obtennos también un espíritu de oración y de penitencia, para que recuperemos con el arrepentimiento lo que hemos perdido por el pecado, y alcancemos la morada bendita donde tú reinas como Reina de los ángeles y de los hombres. Amén.

Oración a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa


Guía y Pueblo:

Virgen Madre de Dios, María Inmaculada, nos unimos a ti bajo el título de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Que esta medalla sea para cada uno de nosotros un signo seguro de tu amor maternal y un constante recordatorio de nuestros deberes como tus hijos. Al llevarla puesta, que seamos bendecidos con tu protección amorosa y preservados en la gracia de tu Hijo. Virgen poderosa, Madre de nuestro Salvador, mantennos cerca de ti en cada momento de nuestras vidas, para que, como tú, vivamos y actuemos según las enseñanzas y el ejemplo de tu Hijo. Obtennos, tus hijos, la gracia de una muerte feliz, para que unidos a ti gocemos de la felicidad del cielo por siempre. Amén.


Guía: Oh María, sin pecado concebida,

Pueblo: Ruega por nosotros que recurrimos a ti.

Oración Final


Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros.

Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti. (una vez)

Misa y Novena - 19 al 27 de noviembre

Misa y Novena – Del 19 al 27 de Noviembre


Cada año, del 19 al 27 de noviembre a las 7:00 p.m., los Padres Vicentinos guían a los fieles de la Parroquia de San Vicente de Paúl en un hermoso camino espiritual conocido como la novena de nueve días a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Esta devoción, llena de tradición y fe, nos invita a reflexionar sobre la fe inquebrantable y el amor maternal de la Santísima Virgen María, quien permanece a nuestro lado así como permaneció al lado de su Hijo, Jesucristo.


María confió una misión divina a Santa Catalina Labouré: difundir la devoción a esta medalla por todo el mundo. A medida que se conocía la medalla, comenzaron a surgir testimonios de curaciones y conversiones milagrosas, lo que llevó a que se le conociera como la “Medalla Milagrosa”. La novena a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa nos recuerda los eventos de las apariciones y su deseo de que su Inmaculada Concepción sea reconocida y honrada por todos.

Temas e Intenciones Clave de la Novena


Fe y Obediencia:

Al igual que María, quien escuchó la Palabra de Dios y la guardó sin importar el costo, estamos llamados a profundizar en nuestra fe y responder con obediencia al llamado de Dios en nuestras vidas.


Compasión y Acompañamiento:

Así como María estuvo al pie de la cruz durante la crucifixión de Jesús, también permanece con nosotros en nuestras pruebas y sufrimientos. Ella nos recuerda su constante presencia y su amoroso acompañamiento.


Intercesión y Guía:

María siempre nos lleva a Jesús. Por medio de su intercesión, nuestras oraciones pueden depositarse en su corazón maternal, y podemos aprender a orar con mayor fervor y confianza.

La Medalla Milagrosa: Su Origen y Significado


El encuentro de Santa Catalina Labouré con la Santísima Virgen en 1830 dio origen a la creación de la Medalla Milagrosa. Una noche, fue despertada por una voz que la guió a la capilla, donde María se le apareció y habló con ella. Esta experiencia profunda fue seguida por otra aparición cuatro meses después, en la que María estaba de pie sobre un globo terráqueo, emitiendo rayos de luz, y le pidió a Santa Catalina que mandara acuñar una medalla según esa visión. María prometió grandes gracias a quienes la llevaran colgada al cuello y rezaran una oración especial.


Con la aprobación de la Iglesia Católica, las primeras medallas fueron acuñadas en 1832 y rápidamente se les conoció como “Medallas Milagrosas” debido a las muchas bendiciones reportadas por quienes las portaban. Para el momento de la muerte de Santa Catalina en 1876, ya se habían distribuido más de mil millones de medallas en todo el mundo.

El Anverso de la Medalla


En el anverso de la Medalla Milagrosa se muestra a María Inmaculada con las manos abiertas y llenas de luz, de pie sobre el globo terráqueo, simbolizando su realeza como Reina del Cielo y de la Tierra. Sus pies aplastan a la serpiente, representando la victoria sobre Satanás. La inscripción “¡Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!” afirma el dogma de la Inmaculada Concepción. El año 1830 indica el momento en que la Virgen entregó el diseño de la medalla a Santa Catalina.

El Reverso de la Medalla


El reverso de la medalla muestra una cruz y la letra "M", símbolo de la íntima unión de María con el sufrimiento de Jesús y nuestra redención. Debajo se encuentran el Sagrado Corazón de Jesús, coronado de espinas, y el Inmaculado Corazón de María, traspasado por una espada, lo que representa el amor inmenso de ambos por la humanidad. Doce estrellas rodean el diseño, representando a las doce tribus de Israel y a los doce apóstoles, evocando la visión de San Juan en el Libro del Apocalipsis.

Una Fuente de Gracias


La Medalla Milagrosa sigue siendo una fuente de bendiciones para quienes la llevan con fe, atrayendo gracias divinas para todos los que confían en la maternal intercesión de la Virgen María.

Breve Biografía



Santa Catalina Labouré nació el 2 de mayo de 1806 en Borgoña, Francia, siendo la novena de once hijos. Tras la muerte de su madre cuando tenía nueve años, se encomendó a la Virgen María para encontrar consuelo, prometiéndole: “Ahora, querida Madre Santísima, tú serás mi madre”.


A los 23 años ingresó en las Hijas de la Caridad, donde la Santísima Virgen se le apareció en 1830, cuando era una joven novicia, instruyéndola para crear la Medalla Milagrosa. A pesar de haber sido testigo de innumerables milagros atribuidos a la medalla, Santa Catalina mantuvo su anonimato, dedicándose a cuidar a los enfermos y ancianos, ganándose así el título de patrona de los adultos mayores.


Poco antes de su muerte, el 31 de diciembre de 1876, reveló a su superiora que ella era la vidente de la Medalla Milagrosa. Su cuerpo fue encontrado incorrupto 57 años después de su fallecimiento.


Santa Catalina fue canonizada por el Papa Pío XII el 27 de julio de 1947, y su fiesta se celebra el 28 de noviembre.

Bendición e Imposición de la Medalla Milagrosa según el Ritual Romano

El sacerdote se viste con la sobrepelliz y estola blanca.


Sacerdote: Nuestra ayuda es en el nombre del Señor.

Respuesta: Que hizo el cielo y la tierra +.

Sacerdote: El Señor esté con ustedes.

Respuesta: Y con tu espíritu.


Oremos.


Dios todopoderoso y misericordioso, que por las múltiples apariciones en la tierra de la Virgen Inmaculada María te has complacido en obrar milagros una y otra vez para la salvación de las almas; derrama tu bendición + sobre esta medalla, para que todos los que con devoción la lleven y veneren experimenten la protección de María Inmaculada y obtengan tu misericordia; por Jesucristo nuestro Señor.

Todos: Amén.


El sacerdote asperja la(s) Medalla(s) Milagrosa(s) con agua bendita y luego la entrega a la(s) persona(s) diciendo:


Reciban esta medalla sagrada; llévenla con fe y trátela con la debida devoción, para que la Santa e Inmaculada Reina del Cielo los proteja y defienda. Y así como siempre está dispuesta a renovar sus maravillosos actos de bondad, que obtenga para ustedes, en su misericordia, todo lo que humildemente le pidan a Dios, para que tanto en la vida como en la muerte descansen felizmente en su maternal abrazo.

Todos: Amén.


Se recitan las letanías:

Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad.


Padre nuestro, ...


Sacerdote: No nos dejes caer en tentación.

Respuesta: Y líbranos del mal +.

Reina concebida sin pecado original,

Respuesta: Ruega por nosotros que acudimos a ti +.

Señor, escucha mi oración.

Respuesta: Y llévale mi clamor +.

El Señor esté con ustedes.

Respuesta: Y con tu espíritu.


Oremos.


Señor Jesucristo, que quisiste que tu Madre, la Santísima Virgen María, concebida sin pecado, se hiciera célebre por innumerables milagros; concede que nosotros, que siempre buscamos su protección, podamos finalmente gozar de las alegrías eternas.

Te lo pedimos a Ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Todos: Amén.

Beneficios Espirituales por Llevar la Medalla Milagrosa

   Recibir las gracias prometidas por la Santísima Virgen María.


    Recibir los beneficios espirituales de las numerosas Misas ofrecidas por los Vicentinos a favor de los miembros.


    Los promotores que inscriben a otros reciben beneficios espirituales por las Misas adicionales.


    Los miembros investidos reciben indulgencias en los siguientes días:


        Día de la adhesión a la Asociación de la Medalla Milagrosa


        31 de mayo (Fiesta de la Reina María)


        27 de septiembre (Fiesta de San Vicente de Paúl)


        27 de noviembre (Fiesta de la Medalla Milagrosa)


        28 de noviembre (Fiesta de Santa Catalina Labouré)


        Aniversario de la fundación de la Asociación en la que uno está inscrito


* La indulgencia es plenaria bajo las condiciones normales: confesión, comunión, oración por las intenciones del Papa y estar libre de todo apego al pecado.